TALLERES ARTÍSTICO CULTURALES
LITERATURA Y MUSICA EN COLEGIO ADVENTISTA DE TALCAHUANO
Poema de Miguel Hernández poeta español
miércoles, 22 de agosto de 2012
domingo, 24 de junio de 2012
sábado, 23 de junio de 2012
NÓMINA DE ALUMNOS ANTOLOGÍA DE TALLER LITERATURA
1 María José Arteaga
2 Angélica Peña
3 Mauro Riffo
4 Sebastián Muñoz
5 Sonia López
6 Javier Vásquez
7 Viviana Valdebenito
8 Patricio Bañares
9 Holly Muñoz
10 Javiera Soto Meneses
11 Mauro Riffo Alarcón
12 Cristopher Vargas
13 Daniel Lobos
14 Patricio Bañares
15 Trabajos en Grupo
16 Ricardo Flores
17 Abril Villalobos
18 Sebastián Muñoz
19 Luciano Sánchez Figueroa
20 Martín Aravena
21 Javiera Soto Opazo
22 Ailin San Martín
23 Romina Oñate
24 Dafne Poblete
25 Paula Ramírez
26 Daniela Inostroza
27 Jasna Ramírez
28 Javiera Díaz Parra
29 Nicole Coronado
30 Claudia Soto
31 Matías Padilla
32 Roberto Ramírez
33 María Baeza
34 Juan Daniel Mosante
35 Felipe Olate
36 Natalia Oviedo
miércoles, 9 de mayo de 2012
La persistencia de la memoria
Cuenta Dalí
que una noche tomó un queso Cambembert tan maduro que se deshacía, y que con
esa imagen se fue a la cama. Allí lo atrapó el insomnio, que traía consigo una
reflexión acerca de la consistencia de las cosas. Así, como el que reflexiona
sobre los Cuatro Fantásticos del Barça o sobre el Euribor. Y entonces se
levantó, se dirigió al cuadro que tenía sin resolver, un paisaje desolado, y
entonces añadió esos relojes blandos que parecen albergar un tiempo juguetón y
mantecoso. Como el queso, sí.
No hacía
mucho, ya lo decíamos, que Einstein había vuelto del revés las mentes humanas
con esa idea de que el tiempo no es algo inmutable ajeno a nuestra percepción.
Según su teoría, el paso del tiempo no
se halla exento de variaciones, y entre otras cosas, depende de nuestra
velocidad. ¿Un tiempo para cada uno? ¿Un tiempo que va a lo suyo, doblando el
espacio y retorciéndolo en la famosa curva espacio-tiempo? Quizá, quizá, ahí
andan todavía los eruditos dándole vueltas a la idea e intentando hacerla
compatible con la física cuántica, al parecer incompatible en su plenitud con
la teoría de Einstein. Sin embargo, Dalí, por eso es un genio, resolvió la
cuestión antes que los científicos.
En La
persistencia de la memoria los relojes se deshacen, quizá hastiados del tiempo,
o de sí mismos, y lo hacen sobre la rama muerta de un árbol, sobre una cabeza
disparatada que finge dormir, sobre una mesa que se cuadra obediente hacia al
punto de fuga. Cada reloj marca una hora, como si la manía circular de cada uno
de ellos mantuviera una postura distinta acerca de la hora exacta. Como el
cuadro no es cine, no sabemos si las agujas, en efecto, marchan hacia delante,
hacia donde estamos acostumbrados que lo hagan: las dos después de la una, y
las cuatro después de las tres, cuando ya han terminado los telediarios. ¿Quién
sabe si estos relojes de Dalí van hacia atrás, y entonces no habría que
preocuparse por levantarse a tiempo, sino por haberlo hecho demasiado pronto?
Estos
relojes, salidos del país en el que se perdió Alicia cuando perseguía a un
conejo, son, me parece, la primera manifestación artística de E=mc2. Mientras
Einstein se machacaba las neuronas teorizando sobre la constante cosmológica
que le resolviera sus ecuaciones, Dalí ya sabía todo aquello, lo intuía, lo
soñaba desvelado, en una mala digestión de queso Camembert. Si el tiempo es
curvo, que lo sean también los relojes: liberémoslos de su cuadratura circular.
Pero llegó
más allá, hay otro reloj en el cuadro. Uno de mano de los que ya no necesitamos
porque la hora la llevamos en el teléfono móvil. Y está cerrado, y una reunión
de hormigas se reparten el espacio que esperamos que ocupen las manecillas y
los números. No, este reloj no es para marcar la hora, es un reloj de lo
pequeño, de lo muy pequeño, un reloj cuántico en el que el tic tac habitual ha
sido sustituido por los traqueteos de las patas de las hormigas sobre el metal:
seis patas por hormiga, seis segundos, entonces, a la vez, múltiples
posibilidades en una sola tirada. Y ahí andan, en efecto, los físicos cuánticos
intentando comprender cómo es posible que un electrón esté en dos sitios al mismo
tiempo o se cuele por varios agujeros simultáneamente. Y no encontrarán la
respuesta, de ningún modo, hasta que se tomen el día libre y se den una vuelta
por el Museo de Arte Moderno de Nueva York, donde se encuentra expuesta La
persistencia de la memoria, como un catecismo mudo de la modernidad, callado, a
la espera de que las grandes mentes se detengan a comprenderlo.
Los dos
tiempos, las dos clases de tiempo, el de lo muy grande y el de lo muy pequeño,
en un mismo cuadro. Y constituyendo un tiempo único, personalísimo, hasta el
punto de que el título del cuadro no alude el propio tiempo, sino al que nos
importa a cada uno: el de la memoria. Un tiempo sentimental, por lo tanto, y
desgastado, y comestible, y emocionado.
Y TODO
ESTO, POR UN EMPACHO DE QUESO
http://www.larevelacion.com/Arte/Lapersistencia.html
jueves, 3 de mayo de 2012
POETA CHILENO DE CONCEPCIÓN CHILE
JUAN
PABLO RIVEROS (1945)
El último
adiós
Me he quedado para siempre
en la latitud de los ochenta grados
y ocho minutos.
Salí de la escotilla
sin volver la vista.
Como restos de un naufragio,
ahí quedan la tiniebla,
el cansancio,
el humo
y el oro desvalido de occidente.
Me llevo la belleza,
el milagro,
este frío trozo de infierno
en un menudo y difuso paraíso,
un simple e inútil edén,
una oveja esculpida por los fríos
y el antojo de las nieves mundanas.
Grandes mesetas de limpios fríos,
llevo.
Y un cielo,
un fragmento de galaxias,
un maná caído de la oscura estepa
de burbujeantes estrellas ignotas.
Parto con mi porción de noche,
con este granizo de luz desprendido
/de la Aurora,
y este gratuito silencio de la Ausencia.
Me estoy lavando el rostro
con la pura sombra de Dios.
POETA CHILENA
PAZ
MOLINA (1945)
Condición
y alarido
Y me ha dado la gana
de ser libre de condición
y de alarido
al medio de la calle
hurtado el cetro a la canalla
oficialmente constituida en mí
me hago presente
Me vierto en mi dominio
de lujoso desvarío virginal
Productores ufanos de quimeras
lánguidos sacristanes
me devoran
Me urjo a lo contrito
y me doy vale de fracaso
triunfalmente acosada
sin menoscabo de lo simple
me convierto en gimnasta
me doy de golpes en el pecho
me transformo en ventana
y me columpio
POETAS CHILENOS
JOSÉ
ÁNGEL CUEVAS (1944)
Otro amor
¿Para qué quiero otro amor?
¿Para ir carreteando por la Gran Avenida sin un peso
y hablarle del Tiempo de la UP
revolverme en estos 15 años
sacando la mugre del
Tarro?
Emborracharme y gritar en Tugurios
empapelados con banderas chilenas
polietileno
poliuretano
Pasar por la Alameda a las 3 de la mañana
cuando todos se hayan ido las muchedumbres
cubiertas de smog
y duerman.
¿Para qué quiero otro amor?
¿Para llevarla a comer pescado frito
y sentarnos a mirar los pájaros
sin un peso para hotel
un peso para bailar abrazados hasta que amanezca?
HEDDY
NAVARRO (1944)
Ofrenda
Nunca dejé una flor blanca en el altar del sol
de Macchu- Picchu
jamás lancé el aroma de sus pétalos al pozo
Sagrado
de Chichén-Itzá
Tampoco escalé el rehue para ofrendar copihues
blancos
A Ngenechen
No me cogió un mozo gallardo por esposa
no desfloró mi piel su tacya
para que floreciera mi maíz
Más bien
sólo llevaron mis manos
papas entierradas
maquis oscuros como el silencio
Más bien
sólo lancé polluelos y huevos azules
como la gallina
que corretea asustada
detrás de la del hombre
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