María José Arteaga Marín
8 avo Año
Sillas binarias cerradas por una tecla, embotellan una cena del borroso suelo que inunda el cielo de un tablón, sonrisas líquidas de sabor natural con fresco idéntico de una verdad provoca gotas de bolsos escritos en un tejado. Reaccionan sin darse cuenta a una nueva madera con una ecuación sin nada por virar, bajando la dentadura de las vendas aún cuando haya una salida, una escena en una pregunta coronada de manzanas, forman los acordes de una estación donde nubes encienden las cortinas de una pantalla sentada en los punteros del horizonte.
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